miércoles, 29 de enero de 2014

PREPARA TU ENCUENTRO CON EL SEÑOR, 2 FEBRERO.

Palabra de Dios:





2,22: Y, cuando llegó el día de su purificación, 2,23: de acuerdo con la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentárselo al Señor, como manda la ley del Señor: Todo primogénito varón será consagrado al Señor; 2,24: y para hacer la ofrenda que manda la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.

  
2,25: Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que esperaba la liberación de Israel y se guiaba por el Espíritu Santo. 2,26: Le había comunicado el Espíritu Santo que no moriría sin antes haber visto al Mesías del Señor.2,27: Movido por el mismo Espíritu, se dirigió al templo.
   Cuando los padres introducían al niño Jesús para cumplir con él lo mandado en la ley,
2,28: Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

  2,29: Ahora, Señor, según tu palabra, 
   dejas libre y en paz a tu siervo,
  2,30: porque mis ojos han visto a tu salvador,
  2,31: que has dispuesto ante todos los pueblos
  2,32: como luz revelada a los paganos 
   y como gloria de tu pueblo Israel
.





  
2,33: El padre y la madre estaban admirados de lo que decía acerca del niño.
  
2,34: Simeón los bendijo y dijo a María, la madre: 
   —Mira, éste está colocado de modo que todos en Israel o caigan o se levanten; será una bandera discutida 
2,35: y así quedarán patentes los pensamientos de todos. En cuanto a ti, una espada te atravesará el corazón.

  
2,36: Estaba allí la profetisa Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era de edad avanzada, casada en su juventud había vivido con su marido siete años, 2,37: desde entonces había permanecido viuda y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del templo, sirviendo noche y día con oraciones y ayunos. 2,38: Se presentó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a cuantos aguardaban la liberación de Jerusalén.

  
2,39: Cumplidos todos los preceptos de la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
  
2,40: El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y el favor de Dios lo acompañaba






Para aterrizar en tu vida:

- ¿Que pasa en tu vida, cuando la luz del Señor ilumina tu realidad?

- Simeón y Ana reconocen a Jesús como el salvador, libertador. ¿Son solo palabras o resaltan historias concretas en tu vida? 




Para compartir:  (Pon el comentario más abajo, en esta misma pagina. Máximo tres líneas).
¿QUE REACCIONES, MOCIONES, RESONANCIAS PRODUCE ESTA PALABRA EN TU VIDA?  (Gracias por identificarte).

4 comentarios:

  1. ¡Veo, descubro, entiendo, intuyo! Me siento invitado a actuar según lo recibido. A veces con miedo, otras con valentía.
    Son historia, el Señor ejerció y ejerce su fuerza en mi.

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  2. El Señor se me revela y me da luz y fuerza para verme y mostrarme como realmente soy!. Siempre acompañada por su Amor y comprensión.
    ilia

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  3. VER A DIOS

    En el mercado y en el claustro,
    solo vi a Dios.
    En el valle y en la montaña
    solo vi a Dios.
    Lo he visto detrás de mí
    en la hora de la tribulación
    y en los días del favor y la fortuna.
    No vi alma ni cuerpo,
    accidente ni sustancia,
    causas ni cualidades:
    solo vi a Dios.
    Abrí mis ojos,
    y gracias a la luz
    de Su rostro circundándome,
    descubrí en todas las miradas
    al Amado.

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  4. No me veo sola, él esta dentro de mi transformando mi interior según su voluntad

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