viernes, 28 de marzo de 2014

PREPARA LA EUCARISTIA DEL 4º DOMINGO DE CUARESMA, 30 DE MARZO.

PALABRA DE DIOS

 9,1: Al pasar vio un hombre ciego de nacimiento. 9,2: Los discípulos le preguntaron: —Rabí, ¿quién pecó para que naciera ciego? ¿Él o sus padres? 9,3: Jesús contestó: —Ni él pecó ni sus padres; ha sucedido para que se revele en él la acción de Dios.9,4: Mientras es de día, tenéis que trabajar en las obras del que me envió. Llegará la noche, cuando nadie puede trabajar. 9,5: Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo. 9,6: Dicho esto, escupió en el suelo, hizo barro con la saliva, se lo puso en los ojos 9,7: y le dijo: —Ve a lavarte en la alberca de Siloé –que significa enviado–. Fue, se lavó y volvió con vista.



9,8: Los vecinos y los que antes lo habían visto pidiendo limosna comentaban: —¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna? 9,9: Unos decían: —Es él. Otros decían: —No es, sino que se le parece. Él respondía: —Soy yo. 9,10: Así que le preguntaron: —¿Cómo [pues] se te abrieron los ojos? 9,11: Contestó: —Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me dijo que fuera a lavarme a la fuente de Siloé. Fui, me lavé y recobré la vista. 9,12: Le preguntaron: —¿Dónde está él? Responde: —No sé.

 9,13: Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego 9,14: –era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos–. 9,15: Los fariseos le preguntaron otra vez cómo había recobrado la vista. Les respondió: —Me aplicó barro a los ojos, me lavé, y ahora veo. 9,16: Algunos fariseos le dijeron: —Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no observa el sábado. Otros decían: —¿Cómo puede un pecador hacer tales señales? Y estaban divididos. 9,17:

Preguntaron de nuevo al ciego: —Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos? Contestó: —Que es profeta. 9,18: Los judíos no acababan de creer que había sido ciego y había recobrado la vista;

así que llamaron a los padres del que había recobrado la vista 9,19: y les preguntaron: —¿Es éste vuestro hijo, el que decís que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve? 9,20: Contestaron sus padres: —Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego; 9,21: cómo es que ahora ve, no lo sabemos; quién le abrió los ojos, no lo sabemos. Preguntadle a él, que tiene edad y puede dar razón de sí. 9,22: Sus padres dijeron esto por temor a los judíos; porque los judíos ya habían decidido que quien lo confesara como Mesías sería expulsado de la sinagoga. 9,23: Por eso dijeron los padres que tenía edad y que le preguntaran a él.

 9,24: Llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: —Da gloria a Dios. A nosotros nos consta que aquél es un pecador. 9,25: Les contestó: —Si es pecador, no lo sé; una cosa me consta, que yo era ciego y ahora veo. 9,26: Le preguntaron de nuevo: —¿Cómo te abrió los ojos? 9,27: Les contestó: —Ya os lo he dicho y no me creísteis; ¿para qué queréis oírlo de nuevo? ¿No será que queréis haceros discípulos suyos? 9,28: Lo insultaron diciendo: —¡Discípulo de él lo serás tú!, nosotros somos discípulos de Moisés. 9,29: De Moisés nos consta que le habló Dios; en cuanto a ése, no sabemos de dónde viene. 9,30: Les replicó: —Eso es lo extraño, que vosotros no sabéis de dónde viene y a mí me abrió los ojos.9,31: Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino que escucha al que es piadoso y hace su voluntad. 9,32: Jamás se oyó contar que alguien haya abierto los ojos a un ciego de nacimiento. 9,33: Si ese hombre no viniera de parte de Dios, no podría hacer nada. 9,34: Le contestaron: —Tú naciste lleno de pecado, ¿y quieres darnos lecciones? Y lo expulsaron.

 9,35: Oyó Jesús que lo habían expulsado y, cuando lo encontró, le dijo: —¿Crees en el Hijo del Hombre? 9,36: Contestó: —¿Quién es, Señor, para que crea en él? 9,37: Jesús le dijo: —Lo has visto: es el que está hablando contigo. 9,38: Respondió: —Creo, Señor.

REFLEXIÓN – ¡DEJA QUE LA PALABRA TE LLEGUE!

 - El hecho: Fue, se lavó y volvió con vista. Para ti. ¿Cual es el hecho que te hizo/hace seguidor de Jesús?

 - Observa las reacciones de los distintos personajes ante el milagro:
     -La de los vecinos, se confunden al ver la transformación del que era ciego y ahora ve.
     -La de los fariseos, les pesa más la ley mal entendida, que a fuerza de la nueva mirada. No atribuyen a           Dios el milagro. ¡Su ideología no les permite ver al que ve!
     -La de los padres, se desentienden por miedo a ser expulsados de la sinagoga.
     -La del ciego sanado, primero dice que es un profeta, al final reconoce que es el Señor.
     -La de Jesús.

PARA ATERRIZAR EN TU VIDA
- ¿Vives un proceso de iluminación o te resistes a el?
- ¿Estas abierto a la luz nueva de Jesús? Si tu respuesta es afirmativa, concrétala. ¿Cuáles son los momentos reales de tu abertura? Oración, estudio de la Palabra, amor al prójimo…
- ¿Tu paz, nace de tus logros/deseos o de tu confianza, obediencia de amor?

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2 comentarios:

  1. ¡Me resisto a confiar que todo es amor gratuito de Dios!
    Poco a poco veo, percibo, la buena nueva que antes ni imaginaba.
    Me maravillo de tanto amor, expresado en forma de gozo o de dolor.

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  2. Estoy en pleno proceso de iluminación...a menudo me siento como el ciego del pasaje, miro y percibo la vida de forma muy distinta que no mucho tiempo atrás. Estoy segura de que el Señor me transforma poco a poco el corazón y por tanto, la mirada.

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