jueves, 5 de diciembre de 2013

¡COMO LOS SABIOS . MAGOS DE ORIENTE! ¿QUE BUSCAS? ¿CUAL MOTIVACION SUSTENTA TU VIDA? PIDE LUZ PARA VER…


¡SITUATE!
Mateo capítulo 2
[1] Jesús nació en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes. Por entonces sucedió que unos magos de oriente se presentaron en Jerusalén
 [2] preguntando: ---¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Vimos su estrella en el oriente y venimos a rendirle homenaje. [3] Al oírlo, el rey Herodes comenzó a temblar, y lo mismo que él toda Jerusalén.[4] Entonces, reuniendo a todos los sumos sacerdotes y letrados del pueblo, les preguntó en qué lugar debía nacer el Mesías. [5] Le contestaron: ---En Belén de Judea, como está escrito por el profeta: [6] Tú, Belén, en territorio de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe, el pastor de mi pueblo Israel. [7] Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, les preguntó el tiempo exacto en que había aparecido la estrella; [8] después los envió a Belén con este encargo: ---Averiguad con precisión lo referente al niño. Cuando lo encontréis, informadme a mí, para que yo también vaya a rendirle homenaje. [9] Oído el encargo del rey, se marcharon. De pronto, la estrella que habían visto en oriente avanzó delante de ellos hasta detenerse sobre el lugar donde estaba el niño. [10] Al ver a estrella se llenaron de una inmensa alegría. [11] Entraron en la casa, vieron al niño con su madre, María, y echándose por tierra le rindieron homenaje; abrieron sus arquetas y le ofrecieron como dones oro, incienso y mirra.

¡ATERRIZA EN TU VIDA!  REZA CON
Salmos capítulo 63
[1]
 [2] Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo: mi garganta tiene sed de ti, mi carne desfallece por ti, en un páramo reseco, sin agua. [3] Así te contemplé en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria. [4] Pues vale más tu lealtad que la vida, te elogiarán mis labios; [5] así te bendeciré mientras viva, alzando las manos en tu Nombre. [6] Como de enjundia y de manteca me saciaré, y con labios jubilosos te alabará mi boca. [7] Si en el lecho me acuerdo de ti, velando medito en ti: [8] que fuiste mi auxilio y exulto a la sombra de tus alas. [9] Mi aliento se pega a ti y tu diestra me sostiene. [10] Los que buscan mi perdición entrarán en lo profundo de la tierra, [11] serán entregados a la espada, y echados como pasto a las raposas. [12] Pero el rey celebrará a Dios, se gloriarán los que juran por él, cuando tapen la boca a los mentirosos.

Salmos capítulo 131
[1] Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos altaneros; no persigo grandezas ni maravillas que me superan.
 [2] Juro que allano y aquieto mi deseo. Como un niño en brazos de su madre, como un niño sostengo mi deseo. [3] ¡Espere Israel en el Señor, ahora y por siempre!

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