sábado, 21 de enero de 2012

¡PARTICIPA DE UNA NUEVA FORMA!



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12 comentarios:

  1. ¡La fuerza del pecado me paraliza!
    Me impresiona como Jesús perdona ese pecado, penetrando con su amor mi ser de paralitico. ¡Transforma asumiendo, renueva conservando identidad!
    Y ante tanta buena noticia: la crítica del “no puede ser” por parte de mis adentros y de los maestros de la ley. ¿Porque me cuesta aceptar el don?
    ¡El paralitico se levanto!
    Pep Toni

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  2. Es verdaderamente interesante esto de que Jesus , asume todos nuestros fallos o pecados sin ningun precepto por nuestra parte, seria mucho mas facil asi ,sin tener que hacer algo como tener fe , arrepentirse o intentar no hacerlo asi de mal la proxima vez.
    No tener responsabilidad de nuestros actos , tanto si son buenos como si son malos nos convierte en meros expectadores de un gran teatro en el que Jesus (Dios) es el unico protagonista.
    Yo, no lo creo.

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  3. Hace ya algunos años, en la misa de cierre de preparación del Sínodo Diocesano, en Palmanova,
    coincidieron Guillem Muntaner, en aquel entonces responsable de la pastoral universitaria, y Juan Darder, en aquel entonces Vicario Jurídico.
    Antes de la misa hubo una charla y animación a cargo de Guillem del que me quedaron gravadas
    estas palabras: “O nos salvamos todos, o no se salva nadie”. A continuación , en la homilía, Juan
    separó “los buenos a la derecha y los malos a la izquierda”, lo cual también me quedó en la memoria de una manera imborrable.
    En este texto, los letrados tenían razón al pensar que solo Dios puede perdonar los pecados (faltas).
    Pero lo que nos dice Jesús es que “Dios no puede no perdonar”. La buena noticia de Jesús se resume en el mensaje de que Dios es amor incondicional y para todos.
    El tema del pecado y el perdón, es uno de lo más liados. La doctrina que nos han enseñado tiene muy poco que ver con el evangelio. Hemos proyectado en Dios nuestro concepto de justicia y nos olvidamos de que Dios es amor. Creemos que pecado es hacer daño al otro y le tenemos que resarcir de ese daño, mientras que pecado es una actitud contraria al bien del hombre. El daño al otro no es el pecado, sino la consecuencia. Esta falsa interpretación del pecado es lo que nos impide entrar en la dinámica del evangelio. Un fallo no se arregla con sacrificio o lamentos y menos aun con perdón desde fuera.
    Nunca como hoy se ha tenido más clara la conciencia del pecado, del único que existe, la opresión. Cada vez más los cristianos, sobre todo los jóvenes, se niegan a ver pecados mortales por todas partes. Pero dentro y fuera del cristianismo está creciendo la conciencia de injusticia y opresión que invade nuestra sociedad. Este es el único pecado contra el que debemos luchar en nombre del evangelio, pues es la falta absoluta de amor.

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  4. No judgueis y no sereis judgados.
    Yo no soy quien para decidir quien se salva o quien se pierde para la vida eterna.
    Lo que si puedo es dar mi opinión y digo que la falta de amor es el pecado capital , como dice Juan.
    Tambien creo que cada uno de nosotros se define con sus actos, y nadie te condena,tu eres el que con tus acciones te colocas en un sitio , que tu mismo escojes y en eso radica la libertad que Dios nos da.
    Para mi seria estupendo que todos nos salvaramos, no adelanto nada condenando a nadie, pero no nos engañemos no es lo mismo amar que odiar y eso nos define.

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  5. Pensar es delimitar. Delimitar es limitar, poner fronteras, dejar fuera todo lo que no es el objeto pensado. Así pues al pensar a Dios estamos dejando fuera todo lo que (nuestra mente piensa) que no es Dios. ¿Pero puede haber algo fuera de Dios? Inadvertidamente al delimitar, limitamos. Al pensar un árbol, nuestra mente dibuja un árbol, lo pensado se convierte en un objeto limitado, pero Dios no es un objeto ni es limitado y en rigor, decir Dios, es decir Lo-sin-límites, Lo-ilimitado, sencillamente Lo-que-Es y que no puede ser pensado.
    La conclusión es que pensar a Dios, es pensar a quién no es Dios y por ello todo Dios pensado, es un no-Dios. Así pues Dios es Dios, pero cuando lo nombramos o pensamos, sólo es un concepto de Dios, de modo que nunca podemos hablar de Dios, sino de conceptos de Dios.

    Todo lo que digamos y pensemos de Dios son sólo imágenes creadas por nuestra mente y aunque pudiéramos reunir a toda ellas, jamás nos acercaríamos a una definición de Dios.
    Sin embargo, hay alguna de ellas que parecen destapar un poco el Misterio y darnos unas pistas para acercarnos a Él. Por ejemplo: la Eternidad. La Eternidad es el no- tiempo, en ella no hay ni pasado ni futuro, todo es presencia Total y Absoluta de Dios que no tiene momentos ni ocurrencias, porque significaría hablar del tiempo. De ello se deduce que hemos estado, en la eternidad, en la mente de Dios y de ahí nuestra ansia de infinitud y esperanza por volver al origen.
    Otra de las imágenes es la Totalidad de Dios. Dios lo abarca todo. Fuera de Él no hay absolutamente nada, por ello, al crearnos, tuvo que emplear su propia esencia y por eso podemos decir que tenemos los mismo genes y que somos auténticos hijos de Dios. Eso es lo que captó Jesús de Nazaret cuando tuvo la experiencia íntima, intensa, que le llevó a decir: Abba y luego nos comunico a todos los que compartimos su humanidad.
    Así pues, podemos decir que somos Dios que quiere vivir nuestra aventura humana. Todos somos Dios que habita en nosotros, porque respetando nuestra libertad, quiere vivir y compartir con nosotros nuestras experiencias vitales. El ingeniero, el abogado o el obrero, son Dios que vive en ellos porque quiere vivir sus profesiones; la madre de familia, es Dios que vive en ella, compartiendo su maternidad; igualmente, todos los presos, drogadictos y marginados, también son Dios que vive en ellos compartiendo sus sufrimientos y haciendo cuanto puede para recuperarlos. Dios sólo quiere ser vivido y acogido, no necesita ni gloria ni alabanza.
    Haciendo referencia a esa hermosa parábola del mar y las olas: hay millones de olas, todas diferentes, no hay dos iguales, unas son mansas, otras bravas, grandes o pequeñas, pero todas son agua del mar de donde provienen y al que retornan una vez que han besado la playa, para sumergirse de nuevo en la inmensidad del Océano. Nosotros somos las olas de Dios, nacemos de Él y a Él volvemos una vez besada la playa, que eso es nuestra vida, nuestra aventura terrenal.
    Como Ser infinito, tiene trazados infinitos caminos para llegar a Él, pero como somos bastante torpes, a veces nos desviamos y nos perdemos, pero en cada ruta tiene dispuesto una serie de apoyos, tales como, mapas, letreros, brújulas, GPS, para que podamos volver al camino correcto. Estos apoyos son consejos, lecturas, experiencias que marcan encuentros, etc; a veces están en el comienzo de la ruta y ocasiones, a 100 metros de la meta, pero siempre están, porque ¡menudo cabezota es Dios! que no está dispuesto que le falte ninguno de sus hijos. Por ello creo que podemos decir que Dios nos crea salvados, porque Dios no hace las cosas a medias y nos hace nacer “manchados, para culpabilizarnos y después tener que salvarnos. Toda acción de Dios debe interpretarse siempre con sentido positivo y de ayuda.

    ¡Aviso! No vale quedarse en la frase “yo soy Dios”, hay que acabarla, si no puede que a uno le encierren en el manicomio.

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  6. Es fantastico interpretar a Dios de una manera tan maravillosa, como lo hace Juan .
    Me gustaria tener esas ideas por mi mismo, pero como no soy capaz de interpretarlo asi, me acojo a lo que de Dios dice Jesus , ( el verbo o palabra de DIOS) Solo el Padre conoce al Hijo y el Hijo conoce al Padre y a quien El quiera rebelarlo.
    Me limito a oir lo que predicó y asi entiendo lo que Dios quiere.
    Jesus es el que interpreta a DIOS , oigamoslo que para eso vino al mundo .

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  7. Es fantastico poder interpretar lo que es Dios , de la forma que Juan lo hace, pero como yo no soy capaz me limito a escuchar a Jesus que es el Verbo o palabra de Dios ,entre nosotros.
    Solo el Padre conoce al Hijo, y el Hijo conoce al Padre y a quien El quiera revelarlo .
    Escuchemos su mensaje que para eso vino al mundo.

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    1. Como he dicho anteriormente, todo lo que digamos de Dios, son imágenes de nuestra mente en la que no cabe ese Misterio. Pero entre esas imágenes hay una que a mí me llena. Y coincide con la experiencia de Jesús de sentirse Hijo de Dios .


      Muchos hemos sido educados en una idea de la religión que aparecía como la Inquisición de Dios, presentando una imagen de un Dios más justiciero que justo, capaz de condenar a penas infinitas y con imposiciones que hacían más difícil la vida.
      Estas ideas están en el imaginario de la gente y aunque posteriormente se hable de misericordia infinita, no deja de quedar un rescoldo inquietante en las conciencias.
      Por ello es preciso, recuperar una imagen, como decía Pablo VI, que no es que sea nueva, pero sí que ha estado oscurecida muchos siglos y descubrir un nuevo concepto de Dios. Un Dios que crea por amor, única y exclusivamente por amor, que crea no buscando gloria y alabanza, que crea un mundo dotado de autonomía, que no cambia las leyes a su antojo, y que nos crea a nosotros por medio de un maravilloso proceso evolutivo, como seres inteligentes, dotados de razón, capaces de relacionarnos entre nosotros y con todo el cosmos y con el gran regalo de la libertad, que significa la capacidad de elegir y decidir y todo ello con el fin de compartir su felicidad, sosteniendo, impulsando y promoviendo la Creación, con la intención desde la eternidad, de salvarnos de nuestra finitud, limitaciones y resistencias culpables, a la vez que otorga una libertad sin límites al ser humano, un Dios que ante todo es amor y que no sabe, ni quiere, ni puede hacer otra cosa más que salvarnos.
      Por ello no es concebible pensar que de un Dios que crea por amor pueda venir el mal. Dios es fina lluvia templada que se derrama sobre sus criaturas. Es el calor que necesita nuestra piel, la luz que ansían nuestros ojos, la música que sosiega nuestro ser. Es el horizonte que busca nuestro corazón. Es la Felicidad plena que creó al hombre para hacerle partícipe de su felicidad. Es pura Gratuidad que no espera respuesta y sólo anhela que su regalo haga feliz al otro. No hay precios que pagar, no hay expiaciones que colmar.
      El mal sólo puede ser visto como la oposición a la acción amorosa de la Creación y es consecuencia de las limitaciones de la criatura, que como es finita, no da más de sí. Una libertad finita, no puede ser perfecta; por ello si hay mundo y libertad, por ser finitas, tendrán necesariamente, conflictos sufrimientos y maldades.

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  8. El paralitico no podia llegar por si mismo a Jesus, otras personas lo llevaron. Por eso pienso que para la slvación o el perdon, somos responsables o dependemos unos de otros, nuestros actos repercuten en los demas y viceversa. Estoy con la idea de salvarnos todos.
    A veces Dios actua a traves de los demas, haciendo que nos caiga la venda de los ojos(a modo de paralisis) esa que nos impide ser objetivos y actuar adecuadamente.

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    1. Nos salvamos todos = Nos salvamos entre todos.

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  9. La idea de Fefa me gusta mucho, si de mi dependiera asi seria.

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  10. Con este relato, Marcos trata de resumir las actuaciones curativas de Jesús: la expulsión de un espíritu impuro, la curación de la suegra de Pedro, la sanación de un leproso y ahora la curación de un paralítico. Jesús no duda en infringir la ley del sábado, ni la prohibición de tocar a un leproso. El motivo de su actuación es sólo uno: la compasión.
    “Compasión” es la capacidad de sentir con el otro, poniéndose en su lugar. Comporta un “estremecimiento” ante el sufrimiento ajeno y se traduce en una ayuda eficaz. Compasión es el amor que dirigimos hacia la persona que sufre. Ambas perspectivas pueden complementarse, para entender esa actitud como el “sentimiento profundo de amor hacia los seres que sufren, buscando eficazmente aliviar su situación, a través de una acción bondadosa y servicial”.
    La experiencia del dolor nos humaniza, nos “ablanda” y sensibiliza ante el dolor ajeno. A partir de ahí, la compasión puede abrirse camino.Pero para vivir la compasión necesitamos aprender a sentir y aprender a amar.
    Los obstáculos más importantes que podemos encontrar son, la comodidad, el miedo y la ignorancia. El ego busca la comodidad, porque se rige por la ley del mínimo esfuerzo, es decir por el apego a lo “agradable” y la aversión hacia lo “desagradable”. Tiende a evitar todo aquello que le suponga cambio en sus rutinas o expectativas y busca, por encima de todo, “sentirse bien”. Dado que la necesidad del otro me implicaría, el ego tiende a refugiarse en la indiferencia. El ego es también miedoso, al creerse un ser separado, tiende a ver todo como amenaza potencial.
    “El trabajo fundamental es comprender, hasta llegar a percibir, que no hay ninguna cosa independiente a la que podamos llamar «yo». Quien comprende eso, permaneciendo lúcido y sin venirse abajo, verá fácilmente la realidad sin fronteras de lo que hay y se quedará sin posibilidad alguna de mantener el sentimiento del ego”.
    “Soy humano, y nada de lo humano me resulta ajeno”.

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