PALABRA DE DIOS
10,1: Os lo aseguro:
—El que no entra por la puerta en el redil, sino saltando por otra parte, es ladrón y asaltante. 10,2: El que entra por la puerta es el pastor del rebaño. 10,3: El portero le abre, las ovejas oyen su voz, él llama a las suyas por su nombre y las saca. 10,4: Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas y ellas detrás de él, porque reconocen su voz. 10,5: A un extraño no le siguen, sino que escapan de él, porque no reconocen la voz de los extraños.
10,6: Ésta es la parábola que Jesús les propuso, pero ellos no entendieron a qué se refería.
10,7: Entonces, les habló otra vez:
—Os aseguro que Yo soy la puerta del rebaño. 10,8: Todos los que vinieron [antes de mí] eran ladrones y asaltantes; pero las ovejas no los escucharon. 10,9: Yo soy la puerta: quien entra por mí se salvará; podrá entrar y salir y encontrar pastos. 10,10: El ladrón no viene más que a robar, matar y destrozar. Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
REFLEXIÓN - ¡DEJA QUE LA PALABRA TE LLEGUE!
Nuestra cultura democrática se revela contra la autoridad que se impone o abusa del poder. Pero conviene advertir que democracia no siempre equivale a verdad.
Jesús acepta la autoridad, pero la pone al servicio del hombre y no del sistema.
Jesús recibe la autoridad no de los hombres, sino del Padre: ama, se relaciona tu a tu, va adelante de sus seguidores...
PARA ATERRIZAR EN TU VIDA
- En los ambitos donde soy autoridad... ¿Como la ejerzo? Bebo de la autoridad de Dios Padre o estoy replegado en mi mismo?
- Enumera las actitudes de la autoridad de Jesús, la que se fundamenta en el querer de Dios Padre.
PON EL COMENTARIO O TU PREGUNTA MÁS ABAJO, EN ESTA MISMA PAGINA!!!!
viernes, 9 de mayo de 2014
jueves, 1 de mayo de 2014
PREPARA LA EUCARISTÍA - 3 DOMINGO DE PASCUA, 4 mayo
PALABRA DE DIOS Lc. 24, 13- 35.
24,13: Aquel mismo día, dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús, distante a unas dos leguas de Jerusalén. 24,14: Iban comentando todo lo sucedido.
24,15: Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona los alcanzó y se puso a caminar con ellos. 24,16: Pero ellos tenían los ojos incapacitados para reconocerlo.
24,17: Él les preguntó:
—¿De qué vais conversando por el camino?
Ellos se detuvieron con semblante afligido, 24,18: y uno de ellos, llamado Cleofás, le dijo:
—¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que desconoce lo que ha sucedido allí estos días?
24,19: Jesús preguntó:
—¿Qué cosa?
Le contestaron:
—Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo.
24,20: Los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron.
24,21: ¡Nosotros esperábamos que él fuera el liberador de Israel!, pero ya hace tres días que sucedió todo esto.
24,22: Es verdad que unas mujeres de nuestro grupo nos han alarmado; ellas fueron de madrugada al sepulcro, 24,23: y al no encontrar el cadáver, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles asegurándoles que él está vivo.
24,24: También algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como habían contado las mujeres; pero a él no lo vieron.
24,25: Jesús les dijo:
—¡Qué necios y torpes para creer cuanto dijeron los profetas! 24,26: ¿No tenía que padecer eso el Mesías para entrar en su gloria?
24,27: Y comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que en toda la Escritura se refería a él.
24,28: Se acercaban a la aldea adonde se dirigían, y él fingió seguir adelante.
24,29: Pero ellos le insistieron:
—Quédate con nosotros, que se hace tarde y el día va de caída.
Entró para quedarse con ellos; 24,30: y, mientras estaba con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.
24,31: Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
24,32: Se dijeron uno al otro:
—¿No se abrasaba nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba la Escritura?
24,33: Al punto se levantaron, volvieron a Jerusalén y encontraron a los Once con los demás compañeros, 24,34: que decían:
—Realmente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.
24,35: Ellos por su parte contaron lo que les había sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
REFLEXIÓN - ¡DEJA QUE LA PALABRA TE LLEGUE!
- La Iglesia experimenta la presencia de Jesús resucitado en su caminar por la historia.Tomamos conciencia:
a.- Que al corazón humano le cuesta entender el modo de obrar de Dios.
b.- Del escando-lo que supone proclamar al Crucificado como Mesías Libertador.
c.- Jesús esta presente en la escucha litúrgica de la Palabra.
d.- Como el Espíritu abre nuestro corazón. Y nos invita a compartir.
- La fe necesita hacer proceso para que Dios trabaje nuestro corazón, Solo después podre proclamar que el "pan y el vino" son "cuerpo y sangre de Cristo".
- (Hecho real) Una madre me pregunto... ¿Como puedo dar a entender a mi hijo que el pan y el vino son cuerpo y sangre de Cristo? Le dije que ella no podía... pues es el Espíritu quien lo revela.
Lo que si podemos hacer es: "ir a misa", "descubrir la propia generosidad", "orar", "aceptar ser amado por Dios", "ayudar", "vivir el silencio presente"... Es decir disponerme a la acción de Dios.
PARA ATERRIZAR EN TU VIDA
- ¿Como es tu camino? ¿Con quien lo compartes?
- Los discípulos esperaban un libertador según sus deseos y se encontraron con uno que liberaba con y desde el amor de Dios... Un libertador que acepta amar y desde esa opción asume lo que venga... ¿Es también tu opción?
- ¿El primer anuncio como te resuena? El crucificado ha resucitado.
- ¿Que lugar ocupa la Palabra de Dios en tu vida?
- ¿En que situaciones el Espíritu te ha abierto los ojos para reconocer la presencia del Resucitado en tu vida?
- Puedes afirmar como los discípulos...¿No se abrasaba nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba la Escritura?
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24,13: Aquel mismo día, dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús, distante a unas dos leguas de Jerusalén. 24,14: Iban comentando todo lo sucedido.
24,15: Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona los alcanzó y se puso a caminar con ellos. 24,16: Pero ellos tenían los ojos incapacitados para reconocerlo.
24,17: Él les preguntó:
—¿De qué vais conversando por el camino?
Ellos se detuvieron con semblante afligido, 24,18: y uno de ellos, llamado Cleofás, le dijo:
—¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que desconoce lo que ha sucedido allí estos días?
24,19: Jesús preguntó:
—¿Qué cosa?
Le contestaron:
—Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo.
24,20: Los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron.
24,21: ¡Nosotros esperábamos que él fuera el liberador de Israel!, pero ya hace tres días que sucedió todo esto.
24,22: Es verdad que unas mujeres de nuestro grupo nos han alarmado; ellas fueron de madrugada al sepulcro, 24,23: y al no encontrar el cadáver, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles asegurándoles que él está vivo.
24,24: También algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como habían contado las mujeres; pero a él no lo vieron.
24,25: Jesús les dijo:
—¡Qué necios y torpes para creer cuanto dijeron los profetas! 24,26: ¿No tenía que padecer eso el Mesías para entrar en su gloria?
24,27: Y comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que en toda la Escritura se refería a él.
24,28: Se acercaban a la aldea adonde se dirigían, y él fingió seguir adelante.
24,29: Pero ellos le insistieron:
—Quédate con nosotros, que se hace tarde y el día va de caída.
Entró para quedarse con ellos; 24,30: y, mientras estaba con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.
24,31: Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
24,32: Se dijeron uno al otro:
—¿No se abrasaba nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba la Escritura?
24,33: Al punto se levantaron, volvieron a Jerusalén y encontraron a los Once con los demás compañeros, 24,34: que decían:
—Realmente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.
24,35: Ellos por su parte contaron lo que les había sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
REFLEXIÓN - ¡DEJA QUE LA PALABRA TE LLEGUE!
- La Iglesia experimenta la presencia de Jesús resucitado en su caminar por la historia.Tomamos conciencia:
a.- Que al corazón humano le cuesta entender el modo de obrar de Dios.
b.- Del escando-lo que supone proclamar al Crucificado como Mesías Libertador.
c.- Jesús esta presente en la escucha litúrgica de la Palabra.
d.- Como el Espíritu abre nuestro corazón. Y nos invita a compartir.
- La fe necesita hacer proceso para que Dios trabaje nuestro corazón, Solo después podre proclamar que el "pan y el vino" son "cuerpo y sangre de Cristo".
- (Hecho real) Una madre me pregunto... ¿Como puedo dar a entender a mi hijo que el pan y el vino son cuerpo y sangre de Cristo? Le dije que ella no podía... pues es el Espíritu quien lo revela.
Lo que si podemos hacer es: "ir a misa", "descubrir la propia generosidad", "orar", "aceptar ser amado por Dios", "ayudar", "vivir el silencio presente"... Es decir disponerme a la acción de Dios.
PARA ATERRIZAR EN TU VIDA
- ¿Como es tu camino? ¿Con quien lo compartes?
- Los discípulos esperaban un libertador según sus deseos y se encontraron con uno que liberaba con y desde el amor de Dios... Un libertador que acepta amar y desde esa opción asume lo que venga... ¿Es también tu opción?
- ¿El primer anuncio como te resuena? El crucificado ha resucitado.
- ¿Que lugar ocupa la Palabra de Dios en tu vida?
- ¿En que situaciones el Espíritu te ha abierto los ojos para reconocer la presencia del Resucitado en tu vida?
- Puedes afirmar como los discípulos...¿No se abrasaba nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba la Escritura?
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